La Perla de Agosto: Un Café con Mónica

Agosto: Mes de fiesta y jolgorio para Pereira, mes en el que la administración local se mete la mano al dril y celebra por lo alto un año más de existencia de nuestra ciudad, de las mal llamadas “Fiestas de la cosecha”.

Hoy me pregunto, será qué aún esa cosecha tan anhelada hace felices a los campesinos? No es precisamente el campesinado nacional él que reclama mayor atención y recursos para continuar cultivando sus tierras; el café, que tanta fama le ha dado a Colombia y en especial al eje cafetero; de donde salieron famosas novelas cómo “Café con aroma de mujer” y “Allá te espero”, esta última relatando la realidad de una población aporreada por el abandono parcial y en algunas ocasiones total de aquellas personas que con sus manos cultivan las tierras y con ello no sólo sostienen a sus familias, si no que se abastecen las plazas de mercado y supermercados de gran superficie para beneficio de todos.

Piedad Córdoba cita en un twit “Somos un país campesino, somos agrodescendientes y agrodependientes, por eso y no sólo por tratarse de las “Fiestas de la Cosecha” es que dedicamos la Perla de Agosto, a aquellas personas, muchas de ellas mujeres, que día a día se levantan con el cantar de un gallo a labrar la tierra, a recoger los pocos granos de café que aún quedan en esos palos que guardan esperanza de vida, de un mejor futuro.

Siendo por naturaleza agrodescendientes, y desde el estrato 1 al 6 agrodependientes, no deberíamos entonces dar un total respaldo a esta comunidad que su única ambición es ver pelechar las tierras, que su único interés es continuar con el legado de su padre, abuelo, tatarabuelo…

La Perla de Agosto, más que una sesión de fotografía haciendo culto a la época, o un artículo redactado con pasión por la tierra que amo, es un llamado a que dirijamos nuestra mirada a esos sectores aporreados y devastados por las malas administraciones de turno, y que poco a poco empacan sus maletas buscando un mejor futuro en la zona urbana.

Quiénes entonces seguirán cultivando las tierras, quién en adelante, y después de no encontrar respuesta a sus necesidades para seguir trabajando en él y para el campo querrá seguir allí, anhelando y añorando lo que desde arriba, al gobierno no parece importar. Entonces, ya no veremos tanto caballo, burro o yegua de finca transportando la carga del trabajo diario, en cambio sí, el cambio de caballo por una moto, en una ciudad que no aguanta más, tratando de ganarse el sustento necesario para sostener a su familia, en una selva de cemento.

Gracias a nuestra modelo, quien interpretó esa chapolera nacida y hecha en el campo; a todo el equipo de trabajo de La Perla, un colectivo revolucionario, de ideas claras y constantes; y a Costa Rica por sus tierras, las que continúan alentando el sueño de muchas personas con herencia emprendedora y berraca.